Capítulo 8. Terreno hostil
Emma llegó al edificio de OldTree igual que siempre. Los escasos empleados que también llegaban temprano, se apartaban a su paso y la miraban con una extraña mezcla de temor y desprecio.
Se encaminó con rapidez a su oficina, y notó, al pasar frente a su puerta, que el señor Ares había llegado antes que ella.
El hombre era un prospecto prometedor.
Golpeó suavemente la puerta y escuchó.
-Adelante, Clarisa, pasa.
Ella se asomó manteniendo el rostro inexpresivo.
-Soy yo, señor Ares.
Leonardo se puso de pie como impulsado por un resorte.
-Em… digo, señora Fritz, buenos días. Luce radiante esta mañana.
-Gracias, señor Ares, usted también.
Emma se mordió levemente el labio inferior, creyendo pasar desapercibida, pero la mirada aguda de Leo detectó el movimiento, y un sentimiento extraño se instaló en su bajo vientre.
Ella había sido sincera. Leonardo llevaba un traje gris perla con camisa negra y corbata lila oscuro que contrastaba magníficamente con su piel tostada y su cabello negro perf