Capítulo 793
La multitud estalló en otro cálido y fervoroso aplauso.

Heriberto sonrió y dijo: —Bien, ahora que comience el banquete, ¡todos disfruten y coman a gusto!

Los camareros, vestidos con largos vestidos, entraron en fila y comenzaron a servir amablemente a los invitados.

Entre risas y bromas, la multitud comenzó a disfrutar del banquete.

Pero en ese momento, entraron varias personas, uno de ellos gritó: —¿Heriberto, aún tienes la dignidad para celebrar un banquete?

La multitud quedó totalmente sorprendida y miró hacia la puerta al mismo.

¿Cómo se atrevería alguien a interrumpir la reunión de Heriberto en este día?

Melchor, Jacinto, Candelaria, junto con dos expertos en el pico del reino espiritual, entraron con Eleazar, con el ceño fruncido.

Heriberto, al verlos, frunció el ceño y miró a Cristóbal.

Cristóbal rápidamente se interpuso entre ellos y dijo fríamente: —Si están buscando problemas, están en el lugar equivocado.

—Fuera del camino, ¿quién te crees que eres? Estoy buscando a Heribert
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