—Activando el sistema Red Celestial y Terrestre.
—Buscando en el sistema.
—Encontrados. Estas tres personas fueron vistas por última vez en las afueras este de la ciudad de Valdeluz, en una villa, y no han salido desde entonces.
En cuestión de minutos, Elena utilizó el potente sistema de inteligencia de la Oficina Nacional de Investigación y Defensa de Poderes Sobrenaturales para rastrear el paradero de los familiares de Eleazar.
Simón rápidamente le dijo: —Gracias por tu trabajo, Elena. Te lo agradezco muchísimo.
—Es mi deber, señor Simón. No hace falta agradecer.
—De todos modos, gracias. Cuando vaya a Monteverde Azul, te invitaré a cenar.
—¿De verdad? ¡Estaré esperando con grandes ansias entonces! — dijo Elena por teléfono, claramente emocionada.
—Sin falta. Adiós.
—Adiós, señor Simón.
Simón colgó el teléfono y sonrió ligeramente.
También estaba intrigado por saber cómo era Elena, ya que su voz sonaba muy bonita, ¿verdad?
Con una sutil sonrisa en los labios, Simón desapareció en la