~Nathaniel~
Domingo por la noche y yo estaba en casa, en el sofá de mi sala en Kensington, tratando de concentrarme en los documentos que había traído de la oficina. Era patético, lo sabía —un hombre de mi edad pasando el fin de semana revisando contratos en lugar de estar disfrutando Londres. Pero desde el viernes pasado, desde esa fiesta desastrosa de Alessandra, no podía dejar de pensar en Anne.
Especialmente por el mensaje que había recibido hace más de veinticuatro horas y que todavía no había respondido.
Tomé el teléfono y abrí la aplicación otra vez, releyendo por décima vez:
"Tu teoría sobre Londres soleada parece prometedora... pero 'descubrir la ciudad' con alguien tan misterioso como tú me hace sentir como si estuviera dentro de una película de Hitchcock. ¿Debería preocuparme por terminar como la protagonista de 'La Ventana Indiscreta'?"
Una sonrisa idiota se extendió por mi rostro, como pasaba cada vez que leía esas palabras. Dios, Anne no solo era bonita y graciosa, t