Casanova.
Respiro con dificultad por los nervios que me produce su cercanía y entonces cierro mis ojos tomando fuerzas de algún lado. Entonces...
— ni lo sueñes galán —digo y me arrimo más a la puerta alejando mi cuerpo del suyo lamentandolo por dentro como adolescente ardida en pasión. Pero tenía que ser sensata y esto solo me causaría malestares después. Él no me ama, solo es un casanova que no perderá una oportunidad con ninguna mujer y eso me incluye. Él sonríe con ironía.
—Gracias a Dios la sensatez te acompaña, no traigo protección y como bien manifesté en la cláusula número seis del contrato no debemos procrear por ningún motivo— lo miro acusadora y hago una negación.
—No tengo intenciones de darte un hijo creeme, y dime ¿ A dónde me llevarás? Estoy segura no es a un hotel—digo en contraataque. Él sonríe sin dejar de mirar el camino.
—Iremos a jugar billar, bueno, yo iré a jugar billar , ya sé que es difícil conseguir a una mujer que le apasione tanto como a un hombre esos juegos de me