Lara solo podía pensar en la contradicción que se había convertido su vida. Ahora comenzaba a vivir con lujos de millonaria al mismo tiempo que no tenía ni un poco de café en casa. ¿Hasta dónde la llevaría el estar cerca de Waylon Scott? Las contradicciones en él eran la única constante.
¡Todo en Waylon era contradictorio! Y la verdad es que Lara no estaba hecha para las medias tintas.
Le gustaba pisar suelo firme, y en este… empleo, en nada era firme. Sentirse como en una ruleta rusa no era su idea de estabilidad laboral.
Ambos salieron del pequeño departamento y él condujo por un largo rato hasta detenerse en un lujoso centro comercial, de esos en donde te sacan un ojo por solo preguntar.
Waylon la llevó a una boutique muy elegante y a la chica se le encogió el estómago recordando su mal rato del fin de semana cuando la habían humillado por su aspecto de pobretona, pero en cuanto entraron a la tienda la dependienta cerró el lugar para que ellos tuvieran la exclusividad de comprar c