— ¿Por qué me miras de ese modo? — él preguntó al notar que la expresión del rostro de Lara era todo un poema.
— Es que me es muy difícil interpretarte, Waylon — Era la primera vez que lo llamaba por nombre en privado, se sintió muy cercano… para ambos.
— Me gusta cómo suena.
— ¿Qué cosa?
— Me gusta cómo suena mi nombre en tu boca — Completó la frase.
Ahí estaba de nuevo su faceta seductora. ¿A cuál Waylon debía leer e interpretar? ¿A cuál versión de este hombre debía seguirle la cuerda?
Lara se sonrojó de inmediato y desvió la mirada hacia la inmensidad azul.
— Mírame, Lara — él pidió, bajando considerablemente el tono de su voz rasposa y masculina.
Ella fijó la vista en una pareja de delfines que nadaba relativamente cercanos al bote. Era la primera vez que veía algo así, en otro momento tal vez habría dado saltitos de emoción como una mocosa, pero no estaba de ánimos para eso.
— ¿Estás molesta conmigo?
Silencio total, la rubia no tenía ni idea de qué contestar, no quería arriesgars