Capítulo 4

Miro a su mejor amiga desde la universidad con una sonrisa divertida y respondió a su último comentario.

-No sé porque Nicole pensó que me gustaban las mujeres.

-Sino le dabas ni la hora a los hombres, todos supusieron que eras lesbiana-Alicia rodo los ojos-, pero, oh, sorpresa. La señorita aquí presente tampoco le gustaban las mujeres.

-Digamos que soy como el martillo de Thor-miro a Alicia con socarronería - ¡Ninguno son dignos! -a ver la cara de reproche en su amiga, Zoé soltó una carcajada.

-Si, definitivamente te crees la última coca -cola del desierto - comento en español -, y por eso eres mi amiga - le dio un empujoncito con el hombro.

-Ya decía yo, que me utilizaste para tener popularidad-bromeó Zoé-, yo, tan inocente y desprotegida y luego llegaste tú y me corrompiste.

-Ahora yo soy la malvada del cuento y tú la víctima, la pobre viejecilla. No te hagas, que tienes tu lado oscuro muy en el fondo, solo hay que buscar por ahí - señaló el centro de su pecho con el dedo índice haciendo círculos en el aire. En la otra mano sostenía la bolsa de comida y el café que del cual emanaba un leve vapor con un olor delicioso.

-Algunas veces me pregunto seriamente porque somos amigas-ambas se detuvieron en un semáforo, cerca de la oficina que quedaba al otro lado subiendo dos calles.

-Por qué los polos opuestos se atraen -le guiño en el instante en que el semáforo se colocaba en verde, fueron las primeras en cruzar, y Alicia corrió unos cuantos pasos desviando los intentos de Zoé de darle golpes en el brazo.

Sin poder evitarlo Zoé rio con fuerza y fue cuando no se dio cuenta de que un carro no iba al pendiente del semáforo, ni en foco a los peatones que se encontraban cruzando la carretera. Zoé soltó un grito. Alicia se giró en medio de su caminata alertada por Zoé. Sus terminaciones se paralizaron y su cerebro se desconectó del plano de la realidad. No supo en qué instante en que todo sucedió, un borrón paso por su vista y su amiga estaba en el suelo.

*********

Mikhail golpeó a Roger en la cabeza. Ambos iban en el sedán negro biplaza del susodicho. El sonido de las llantas chirriando al frenar de repente, aún hacían eco en sus oídos, y el leve malestar en su cuerpo de ser impulsado hacia el frente lo dejaron momentáneamente desorientado.

-¡¿Estas ciego o qué?! - le grito Mikhail -¡Es por esto por lo que siempre has tenido chófer! ¡¿Tienes dieciséis años?! ¿Estás loco? Uno no mira a todos lados cuando conduce ¡No se distrae! ¡Carajo!

Antes de que Roger hubiese subido al volante ambos habían tenido un breve tonteo que incluía a Roger matando a alguien con su mal manejo. Nunca lo había hecho bien, y ahora estaba decidido a tomar el control de sus vehículos.

El rostro de Roger Millony se puso pálido, la presión se le bajó en un segundo y creyó que se desataría allí mismo, en el lugar en el que al parecer había matado a alguien.

-¡¿Qué haces?! -volvió a gritar Mikhail al ver que Roger intentaba retroceder.

-¡¿Esta debajo del auto?!-grito devuelta histérico -¡Mate a alguien! ¡Oh, por Dios!

-¡Cállate! -pasándose las manos por el pelo Mikhial abrió la puerta del copiloto. Roger intentó agarrarlo, pero Mikhail fue más ágil y se zafó, de pie al lado de la puerta se inclinó y le advirtió con un tono amenazador-. No salgas del auto ni mucho menos pienses en arrancar, mantenlo encendido por si hay que llevar a quien quiera que sea a un hospital y...-saco el celular de su bolsillo para llamar a uno de sus abogados - No mataste a nadie, ni siquiera lo tocaste.

Pero Roger miro al frente y vio a la gente arremolinándose a su alrededor y cubriendo al cuerpo tirado en el suelo. Alguien. Una mujer. Gritaba por una ambulancia.

Mikhail se dirigió hacia la escena que se estaba formando en el lugar. Un poco temeroso ante la escena. Se acerca a la persona tirada en el suelo. Era una mujer morena quien estaba desplomada en la carretera, pero quien llamó su atención era la rubia de pelo corto que le gritaba a todos para que abrieran el espacio y llamaran a una ambulancia. De pronto ella se quedó quita y lo miro con un rostro lloroso. Sus pestañas estaban mojadas con pequeñas lágrimas que se deslizaban por sus mejillas

- Permítame -pidió inclinándose sobre la muchacha en el suelo.

-¿Es doctor? -pregunto en su voz se escuchaba la esperanza.

-No -respondió sin mirarla.

-¡Entonces no se acerque sino sabe nada! -le grito-. No la toque.

Mikhial sintió como unas manos pálidas le daban un manotazo a las suyas de color bronce. Suspirando levantó la cabeza y la enfoco un poco molesto.

-No soy médico, pero está claro que solo se ha desmayado. No hay de qué preocuparse...

-¡¿No hay de qué?! grito saltando, pegando un brinco que la impulsó a ponerse de pie-¡Ese carro casi la mata! - señaló al sedan-, no me diga que nada pasa, porque casi matan a mi amiga ¡Lo demandaré! Se el numero de la placa d ese carro. 

Con una colera que al parecer para Mikhail era bastante razonable. Un remolino rubio combinado con un rojo intenso de escarlata se dirigió hacia el auto donde se encontraba su amigo Roger. Vio como la mujer alta tocaba con vehemencia la ventana del piloto.

-¡Salga de ahí y hágase responsable! -grito hecha una furia.

Mikhail centro su atención en la chica a sus pies. El reparo y no encontró heridas ni sangre. Metió sus abrazos por debajo del cuerpo de la morena y la alzo, la acomodó y caminó hacia el auto en donde Roger se encontraba fuera soportando los insultos de la mujer defensora.

-¿Señorita...?

-¡¿Que?! -los ojos de ella se agradaron al ver a su amiga en los brazos de él-¡¿Por qué la movió?! ¡¿Acaso no sabe que pude provocarle una contusión o herir un órgano interno?!

-Ya le dije que no tiene nada grave ni siquiera la tocamos con el auto, seguramente se desmayó del susto. Si me permite la llevaremos al hospital para que este más tranquila -aunque las palabras salieron pausadas y parecían calmadas, Mikhail estaba impacientándose, otro insulto se esta mujer y las deja a todas dos allí mismo y se larga con su amigo. Tenía cosas importantes, pero a Roger se le dio por conducir y estas eran las consecuencias.

Aunque la furia dorada le pareció hermosa, en esa ocasión no estaba para admirar la belleza de una mujer que era una tormenta.

Dentro del carro en donde tuvieron que discutir con la mujer consciente, la supuesta herida de gravedad abrió los ojos.

-¿He muerto y desperté en brazos de un ángel?

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