Oficialmente, he terminado la guardia. Tomo asiento junto al banco que se encuentra cerca de los casilleros. Recuesto la cabeza a un costado de la pared cerrando mis ojos para descansar un momento.
Cada día mi cuerpo se siente más agotado y creo que voy a tomar en consideración las palabras de Rodrigo. Al principio tuvimos nuestra primera discusión y todo porque quería exigirme que dejara de trabajar tantas horas. Alegando que no le hacía bien al bebe y por ende a mí también.
Yo como una testaruda que le gusta llevar siempre la contraria, no le hice caso y ahora, estoy asumiendo las consecuencias de mis actos.
Acaricio con ternura mi vientre tratando de imaginar lo mucho que va a empezar a crecer si sigo comiendo de est