¿Celos? Eres una maldita bruja que me arrancó el alma.
Sebastián
Maldición, hice el ridículo delante de todo el mundo. ¿Cómo es que perdí el control de esa manera? Jamás lo había hecho, sin importar cuanto alguien hiciera para provocarme, nunca había llegado a golpear a nadie. Menos a mis amigos, ahora mismo soy como un perro rabioso que no entiende de razones y todo por culpa de ella, es ella la que me tiene así, trastornado.
Sin tan solo reconociera que es mía en vez de hacerme firmar documentos absurdos. Busco a Amelia con la mirada hasta que la encuentro. La veo reír con un par de chicas, luce tan natural y libre. Un sujeto mucho más alto que ella se le acerca provocando que las tres se muestren visiblemente incómodas con su presencia, le dice algo a mi esposa y ella niega con la cabeza, sin embargo, él insiste y la toma del brazo con fuerza para arrastrarla a la pista de baile, ella se resiste, se niega, pero el tipo no se da por vencido.
Siento la sangre helárseme en las venas c