Horas antes...
Matteo se encontraba perdido en sus pensamientos, la angustia y la falta de noticias lo atormentaban. La familia Giordano ya había llegado hace horas, y Anna intentaba insistentemente hacer que su hijo se alimentara.
— Por favor, come algo. — Insistió mientras Matteo suspiraba y asentía, tomando un vaso de jugo de la bandeja.
— Tengo miedo, mamá. — Confesó en un murmullo.
— Todo saldrá bien, mi querido, pronto Aurora estará con nosotros. — Dijo ella, y él suspiró, permaneciendo en silencio.
En la sala, Pietro seguía concentrado trabajando en su portátil, buscando la localización de Aurora. Lorenzo y Francesco caminaban de un lado a otro, compartiendo el nerviosismo de la espera.
— Matteo se bebió el jugo y fue a tomar un baño. — Avisó Anna, bajando las escaleras con la bandeja en las manos. — ¿Dónde está Lunna?
— Se fue a descansar. — Respondió Lorenzo. Minutos después, Matteo bajaba las escaleras cuando escuchó a Pietro hablar.
— Encontré la ubicación. — En segundos, M