Un extraño aroma llenó el aire. Ella no le prestó atención al olor cuando entró porque no era tan fuerte en ese momento. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, se volvió más fuerte y picante.
Se obligó a alcanzar la puerta, pero no pudo reunir las fuerzas suficientes para abrirla. Trató de gritar, pero sintió que sus palabras se le atascaban en la garganta.
Lentamente, comenzó a sentirse mareada y sus ojos se sentían cada vez más pesados…
En el último momento, antes de desmayarse, vio que el conductor se quitaba la máscara y se volvía hacia ella con una sonrisa siniestra.
“Tú… tú eres…”.
…
Nell no tenía idea de cuánto tiempo estuvo inconsciente.
Sin embargo, un escalofrío repentino en su cuerpo la despertó.
Ella abrió los ojos borrosos y lo primero que vio fue una sala de operaciones toscamente construida con cemento. Las paredes grises estaban apagadas y frías, y sobre su cabeza había una lámpara blanca cuya luz era tan fuerte que le irritaba los ojos.
'¿Dónde estoy?'.