—¡Céline! —Ralph, preocupado de que ella pudiera complicar las cosas, la llamó.
Sin embargo, Heather parecía indiferente a los comentarios de Celine. Con una sonrisa, se volvió hacia la asistente y le dijo en tono de broma:
—Si ella quiere, ¿por qué no?
—¡Tú! —Céline estaba furiosa. Por otro lado, Ralph, temiendo que ella perturbara la reunión, intervino rápidamente: —¡Solo está bromeando, solo bromeando! Mamá, a Heather no le resulta fácil gestionar sola el negocio familiar, por lo que delega algunas tareas en su asistente. Estuve de acuerdo con ella y Heather no pide mucho. Ella sólo quiere que todo sea simple…
—No dije que no pediría nada —lo miró fijamente. Heather se enderezó y propuso: —Me gustaría mudarme a la casa de la familia Russell.
—¿Nuestra casa? —Preguntó Ralph, sorprendido al igual que Margaret.
—Sí, pero quiero una habitación propia —continuó, —deseo mudarme esta noche.
—¿Tan rápido? —Ralph, visiblemente confundido por sus intenciones, inicialmente pensó