El rostro de Lily se volvió serio al oír esto. No estaba de acuerdo con lo que él decía. “Creo que se equivoca en eso. No es que no haya perfumistas excelentes en nuestro país, es solo que otros países los han reclutado”.

“Yo soy un buen ejemplo. Ahora mismo, bien podría elegir quedarme en mi país o irme a otro. Y es por eso que quiero quedarme y seguir creciendo en Hyderland. Espero que, en el futuro, el mundo entero vea que Hyderland produce perfumistas de primer nivel cuyas fragancias se vendan internacionalmente”.

Sus palabras hicieron que Wesley suspirara. “De acuerdo, respeto tu decisión. Sin embargo, ¡no dudes en ponerte en contacto conmigo en cualquier momento si cambias de opinión!”.

“¡Gracias!”.

“Jaja, por fin entiendo por qué a esa chica, Lisa, le gusta tanto ser tu amiga”.

Lily sonrió. “Quizás es porque soy honesta”.

Luego de soltar una fuerte carcajada, Wesley la acompañó alegremente hasta la salida, con una sonrisa en su rostro durante todo el camino.

Cuando Lily