Me dio rabia ver que estaba utilizando a Ethan de esa manera y sin más moví mi pie y le di un pisotón. Demasiado infantil mi conducta, tal vez, pero me sentí tan bi importó. — ¡Ay! —gritó Arlen.
— ¿Qué te pasa papito?
—Nada, me pegué con algo —dijo entre dientes. Emmeran seguía ausente y Alina se había refugiado en su recámara. Arlen se fijó en su hermano y su cara se llenó de preocupación, se acercó al sofá y se sentó junto a él.
—Emmeran ¿Qué tienes? ¿Por qué estás así?
—Yo… yo no puedo darle bebés a Miriam, soy estéril.
Mi corazón se hizo pequeño al escucharlo hablar.
Pero les di su espacio, llevé a Ethan a su recámara y lo metí a bañar.
Mientras se bañaba pensé en como la vida era extraña. Ellos añoraban un bebé y no podían ten sencilla. Arlen y yo que nunca esperamos nada y tenemos un hermoso hijo y solo eso, pero yo quería más ¿Por qué la vida no puede ser más sencilla, sin tanta fregadera siempre? Pronto recordé que Arlen no me había regresado las llaves e iba a salir a r