Capítulo 7

11 de octubre de 2016

Querido diario,

Hoy es un día importante para Owen; está cumpliendo 18 años. Me imagino que debe estar emocionado, o quizás nervioso, por su primera transformación en lobo. La última carta que recibí de él decía que había adorado el regalo y que lo atesoraría por siempre. Sus palabras me llenaron de alegría y me hicieron sentir cerca de él, a pesar de la distancia.

Le respondí pidiéndole, si era posible, una foto de su forma de lobo una vez que se transformara. La idea de verlo en esa forma tan única y poderosa me llena de curiosidad y un poco de asombro. Aunque me emociona la idea, aún estoy esperando su respuesta, con una mezcla de impaciencia y nerviosismo.

Anya, por otro lado, ha estado insoportable últimamente. Casi todos los días me dice cosas hirientes y no se cansa de lanzarme groserías. Afortunadamente, desde aquel incidente, no ha vuelto a tocarme, pero sus palabras siguen siendo como espinas que intento ignorar. He aprendido a mantenerme fuerte y no dejar que sus palabras me afecten tanto.

Mamá recientemente consiguió un nuevo trabajo que requiere que viaje bastante. No me molesta quedarme con Rafe; él es amable y comprensivo. Sin embargo, las noches en las que quedo sola en casa con Anya son difíciles. Me encierro en mi habitación con llave, intentando mantenerme alejada de su hostilidad.

Como hoy, por ejemplo, Anya ha invitado a unos chicos y están haciendo ruido abajo. Puedo escuchar la música y las risas, y aunque trato de no prestar atención, es difícil ignorar el bullicio. Me siento un poco atrapada en mi habitación, deseando que las cosas fueran diferentes.

Me refugio en escribirte, querido diario, y en pensar en Owen. Imagino que estará haciendo en este mismo momento y cómo será su lobo. Espero con ansias su próxima carta, buscando en ella un escape de la tensión en casa y una conexión con algo más grande que mi mundo cotidiano.

Con cariño, Grace.

Grace

El estruendo de la música y las risas de abajo hacían que concentrarse en mis estudios fuera una tarea imposible. Sabía que Anya estaba haciendo esto a propósito, para molestarme. Con un suspiro de frustración, cerré mis libros y decidí bajar a enfrentar la situación.

Al llegar a la planta baja, el volumen de la música me golpeó como una ola. Anya estaba en medio de sus amigos, riendo y bailando. Al verme, su sonrisa se amplió de forma burlona.

—¡Mira quién decidió unirse a la fiesta! ¿No es un poco tarde para ti, Grace? —gritó Anya por encima de la música, provocando risas entre sus amigos.

—¿Pueden bajar la música, por favor? Estoy intentando estudiar, —pedí, intentando mantener la calma.

Anya se acercó a mí, con una sonrisa sarcástica.

—Oh, ¿la niñita quiere estudiar? ¿No te diviertes nunca?

Antes de que pudiera responder, uno de los chicos, claramente ebrio, se me acercó.

—Vamos, relájate un poco, —dijo, antes de agarrarme de repente y besarme. Estaba tan sorprendida que no supe cómo reaccionar.

Justo en ese momento, vi el destello de una cámara. Alguien había tomado una foto. Empujé al chico, liberándome de su agarre, y me alejé rápidamente. Podía oír las risas y los comentarios burlones de Anya y sus amigos mientras corría hacia las escaleras.

Subí a mi habitación, cerré la puerta con llave y me deslicé al suelo, temblando. Las lágrimas brotaron de mis ojos mientras intentaba procesar lo que acababa de suceder. Me sentía humillada, enfadada y, sobre todo, impotente. Anya había cruzado una línea, y yo no sabía cómo lidiar con eso. En ese momento, me sentí más sola que nunca, deseando que alguien, como Owen o mamá, estuviera allí para ayudarme.

Aún temblorosa, me levanté del suelo y me dirigí hacia mi escritorio. Mi teléfono móvil estaba vibrando, interrumpiendo el silencio de mi habitación. La pantalla mostraba el nombre de Owen, lo que me sorprendió. Recordé que me había dicho que no le permitían usar el teléfono durante el entrenamiento. ¿Habría pasado algo importante?

Con manos aún temblorosas, contesté la llamada.

—Hola, Owen. Feliz cumpleaños, —dije, intentando sonar lo más normal posible.

—Gracias, Grace. Pero... ¿estás bien? Tu voz suena triste... y ansiosa, —respondió Owen, su tono reflejando preocupación.

Respiré hondo, tratando de contener las lágrimas.

—Es solo que... ha sido un día difícil, —comencé, mi voz temblorosa traicionando mis emociones.

Owen se quedó en silencio por un momento antes de hablar.

—Grace, ¿qué pasó? Puedes contarme.

Con cada palabra de Owen, sentía cómo las barreras que había construido se desmoronaban.

—Es Anya y sus amigos, —expliqué, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a rodar por mis mejillas. —Están haciendo una fiesta abajo, y cuando bajé a pedirles que bajaran la música, uno de ellos... me agarró y me besó. Y alguien tomó una foto.

—¡¿Qué?! ¿Estás bien? —La voz de Owen estaba llena de ira y preocupación.

—Asustada y molesta, —admití, limpiándome las lágrimas con el dorso de la mano. —No sé qué hacer, Owen. Me siento tan... tan impotente.

—Peque, lo siento mucho. No deberías tener que pasar por algo así, —dijo Owen con firmeza. —Voy a hablar con Rafe sobre esto. Esto no está bien.

La preocupación en la voz de Owen era evidente, pero sabía que no quería que él se metiera en problemas por mí.

—Owen, realmente aprecio que quieras ayudar, pero no quiero que hagas nada. Prometo que me voy a cuidar más y no dejaré que algo así vuelva a pasar, —dije, intentando sonar más firme de lo que me sentía.

Decidí cambiar de tema para aliviar la tensión.

—Hablando de cosas más felices, ¿pudiste transformarte en tu cumpleaños? ¿Cómo fue?

Hubo una pausa y luego Owen respondió, su tono ahora un poco más animado.

—¡Sí! Fue una experiencia increíble, aunque no te voy a mentir, fue doloroso al principio. Pero una vez que te transformas, es como si un nuevo mundo se abriera ante ti. Es una sensación de libertad y poder que no puedo describir con palabras. Te envié una foto.

—¡Eso suena increíble, Owen! No puedo esperar a ver la foto, —dije, sintiendo cómo mi curiosidad crecía.

—Hoy, por ser mi cumpleaños, me permitieron hacer una llamada telefónica, —dijo Owen, su voz transmitiendo una emoción contenida.

Eso me sorprendió.

—¿En serio? ¿Y me llamaste a mí? ¿Por qué no a tu familia? —pregunté, sintiendo una mezcla de sorpresa y gratitud.

Hubo una breve pausa antes de que Owen respondiera.

—Porque te extraño, Grace, —dijo con sencillez. —Quería escuchar tu voz. Y quería asegurarme de que estuvieras bien después de tu última carta.

—Siempre piensas en los demás, Owen. Eres un gran amigo, —dije, sintiendo una ola de afecto hacia él.

La conversación fluyó naturalmente, pero había una pregunta que no dejaba de rondar mi mente. Reuniendo valor, se lo pregunté a Owen.

—Oye, ¿ya has sentido la conexión con tu compañera? Me contaste sobre eso en una carta.

Hubo una pausa del otro lado de la línea antes de que Owen respondiera.

—No, aún no he sentido esa conexión. Supongo que este fin de semana, cuando me permitan volver a la ciudad por unos días, podría ser diferente. Pero hasta ahora, nada.

Sentí un alivio inexplicable al escuchar eso.

—Espero que no sea Anya, —dije en tono de broma, aunque en el fondo sentía cierta seriedad en mis palabras. —Porque si fuera ella, no creo que nos dejaría ser amigos.

Owen soltó una risa breve.

—No, definitivamente no es Anya. Lo sé. Ella no está a la altura de ser la Luna de la manada. La Luna es alguien que... bueno, alguien que brilla con luz propia y trae equilibrio. Anya no es esa persona.

Su respuesta me hizo sonreír.

—Bueno, eso es un alivio, —dije, sintiéndome más relajada.

—Sabes, peque, —dijo Owen de manera pensativa, —a veces pienso en cómo sería mi compañera ideal.

Sonreí, intrigada por sus palabras.

—¿Y cómo crees que sería esa persona?

—Bueno, —continuó Owen, su voz suave, —sería alguien a quien ya conozco bien. Alguien con quien me siento increíblemente cómodo, alguien que ya es muy importante para mí.

Mi corazón latió un poco más rápido.

—Suena como si ya tuvieras a alguien en mente, —dije, mi curiosidad despertada.

Owen se rio suavemente.

—Tal vez sí, peque. Pero lo interesante del vínculo de compañeros es que no se trata solo de lo que uno siente. Es algo que ambos deben sentir, algo que se despierta en el momento adecuado.

—Pero, ¿y si esa persona no siente lo mismo? ¿O si no está lista? —pregunté, sintiendo una extraña mezcla de esperanza y nerviosismo.

—Entonces esperaré, —dijo Owen con firmeza. —Porque cuando se trata del vínculo de compañeros, no hay prisa. Se trata de esperar el momento perfecto, cuando ambos estén listos para sentirlo.

Sus palabras me dejaron pensativa, preguntándome sobre la naturaleza de esos vínculos y sobre quién podría ser esa persona especial para Owen. Su tono había sido cariñoso, pero también misterioso, como si estuviera hablando de algo más profundo de lo que parecía.

—Espero que encuentres a esa persona, Owen, y que valore su vínculo —dije finalmente, sintiendo una extraña sensación en mi estómago.

—Yo también, peque. Yo también, —respondió él, y pude jurar que había un tono de esperanza en su voz.

Con la conversación llegando a su fin, Owen cambió el tono, volviéndose más cariñoso.

—Peque, tengo que colgar ahora. Pero antes de irme, quiero decirte algo, —dijo con calidez en su voz.

—Claro, ¿qué pasa? —pregunté, sintiendo una ola de afecto por él.

—Simplemente... que te extraño. Mucho. Y que estoy deseando verte este fin de semana, —confesó Owen, su voz revelando un atisbo de emoción.

Mi corazón dio un pequeño salto.

—Yo también te extraño, Owen. Será genial verte.

—Cuídate, ¿sí? Y no dejes que Anya te moleste, —dijo, con un tono protector.

—Lo prometo, me cuidaré. Y no te preocupes por Anya, puedo manejarla, —aseguré, intentando sonar más confiada de lo que me sentía.

—Está bien, peque. Nos vemos pronto. Cuídate mucho, —dijo Owen, y pude escuchar la sonrisa en su voz.

—Nos vemos, Owen. Cuídate tú también, —respondí, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo ante la idea de verlo pronto.

Con esas últimas palabras, colgamos. Me quedé sentada en mi habitación, sosteniendo el teléfono, con una sonrisa en los labios y un cálido sentimiento en el pecho. La idea de ver a Owen y a Dan en persona después de tanto tiempo me llenaba de alegría y expectativa. Era una de esas pequeñas cosas que me daban fuerzas para enfrentar los días difíciles.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo