Grace
Salimos de la habitación y nos dirigimos hacia donde estaban los demás. La atmósfera en el lugar era tensa, llena de expectación y preocupación.
Todos nos miraron con atención cuando entramos, sus rostros reflejando una mezcla de curiosidad y ansiedad. Roma, con su habitual expresión seria, se acercó a nosotros.
—¿Qué decidieron? —preguntó directamente, sus ojos escudriñando nuestras expresiones en busca de respuestas.
Owen y yo intercambiamos una mirada significativa antes de que él tomara la palabra.
—Decidimos que es mejor mantenernos ocultos por un tiempo. En un mes la loba de Grace despertará y podrá enfrentar a su padre cuando esté lista —explicó Owen, su tono firme pero tranquilo.
Los otros asintieron, algunos con gestos de aprobación y otros con gestos de preocupación.
—¿Así que nos quedaremos todos aquí jugando a ser una familia feliz? —preguntó Jackson, el sarcasmo desbordando su tono, como una sombra sobre la mesa.
—No —respondí con toda la autoridad que pude reunir,