Más tarde esa noche, Ari y Vickie entraron en su suite del Hotel Plaza.
Después del día que había tenido, sobre todo con su madre, necesitaba un buen trago. Sin mediar palabra, Ari se dirigió al pequeño bar, abrió una botella de ron y les preparó a ambas un ron con piña. Se bebió la suya enseguida y luego le dio la otra a Vickie.
Vickie lo agarró, pero se lo sostuvo, con las cejas levantadas en señal de preocupación: - ¿Quieres el mío también?
Ari negó con la cabeza, pero rápidamente se preparó otro trago. Se llevó el vaso frío a la frente, en un esfuerzo por quitarle el dolor de cabeza. Después de ver a la administradora del hospital, pasó el resto del día con Henley. No volvió a decir nada a su madre sobre lo que había ocurrido, pero lo prefería así. Era inútil repetir lo que se había dicho cuando sabía perfectamente que le daría la vuelta y la culparía a ella. Y después de descubrir todo lo que Grayson había hecho por su hermana y por su madre sin que ella lo supiera, se pr