- Marihuana. Es natural y tú, más que nadie, conoces los efectos. - Sonrió burlonamente.
- Los dos. - dije nerviosa, sacando el dinero de la bolsa con manos temblorosas.
Tan pronto como pagué, fui a la puerta y él se paró frente a mí:
- ¿Quién iba a pensar que aparecerías aquí, después de tantos años... y todo lo que pasó?
- También me impresionó terminar aquí. Me confesé a mí mismo en voz alta.
Él le dio una sonrisa temblorosa:
- Ven cuando quieras. Recibo cosas nuevas antes que nadie en Noriah North.
- OK.
Intenté abrir la puerta, asustada. Estábamos solo nosotros dos allí y no era seguro en absoluto. Por suerte me dejó salir.
- ¿Puedes llamar un taxi para mí? Yo pregunté.
- Los taxis no están permitidos aquí. Pu