Me volví hacia Celine Casanova y le dije:
- Hola, Céline.
- Señora Casanova, por favor.
- Pues bien, “Celine”. Me alegro de que hayas venido a verme.
- ¿Que haces aquí?
- Eh, ¿te acuerdas de mí? Pensé que ya no me acordaba, después de todo... Fue hace mucho tiempo, fue rápido... Mi cara es tan ordinaria...
- No tanto.
- Me alegro de saber.
- ¿Que quieres? No tengo tiempo que perder contigo.
- ¿Lo juras? Que hipócrita decir eso.
- ¿Quién eres tú para llamarme hipócrita en mi propia casa? – aún furiosa, no cambió su tono de voz.
- No tienes tiempo que perder conmigo, pero ¿estás dispuesto a pagarle a alguien para que arruine mi reputación en la prueba de selección de North B.?
Se quedó en silencio unos segundos antes de responder:
- No sé de qué estás hablando.
- ¿No es lo mismo? El tipo, casualmente después de robarme la idea en la presentación a Heitor, se presentó hoy para hacer una entrevista en el lugar donde trabajo. ¿Y adivina quién lo estaba entrevistando? YO. Me encogí de hombr