Horas antes.
-¿Giovani?- Samantha miraba al hombre sentado frente a ella que tenía su atención puesta en la ventanilla del auto. No le había dirigido la palabra desde que habían salido de la mansión en dirección al aeropuerto,
-¿Qué ocurre? ¿necesitas algo?
Ella negó.
-Solo… pienso que ahora me hablas diferente- ella apretó las manos en su regazo- Antes… eras más amable.
Esta vez el giró su rostro en torno a ella. No tenía mucha paciencia en ese momento. El rostro de Isabela estaba grabado en su mente, la expresión de ella, su mirada y lo hacía sentir tan incómodo. En vez de estar allí debía haberla encerrado en su cuarto, quitarle la ropa y decirle lo que sentía de una vez por todas. Si la tomaba de sorpresa tenía grandes posibilidades que Isabela lo aceptara sin poner peros.
-Samantha, tú y yo estamos en términos diferentes a como éramos antes. Han pasado cosas y tú lo sabes, y solo te estoy ayudando porque es una situación delicada. No cruces la línea.
Ella se mordió el labio infer