75. Los sentimientos ocultos
Mariel negó con la cabeza, con el corazón latiendo frenéticamente.
—Eso no puede ser... el Rey nos contrató para esa misión... ¿Cómo podría ser ella? —susurró, sintiendo un frío recorrerle la espalda.
Recordó con claridad lo que Karim le había contado: que presenció la muerte de su madre, que vio su silueta desplomarse y la sangre cubrir sus manos. También revivió el momento en que, años atrás, ella asesinó a esa mujer: escuchó el llanto de un niño, vio una puerta abrirse de golpe y una luz que la obligó a huir sin poder completar el trabajo. Nunca supo quién era aquella mujer.
—No quiero arruinar tu cuento de hadas con Karim —dijo Oliver con dureza—, pero eventualmente la verdad saldrá a la luz. ¿Qué pasará cuando tu prometido descubra que tú fuiste quien mató a su madre?
Mariel no pudo responder. El terror de aquella posibilidad la dejó sin palabras. Más allá de lo que pudiera pasarle a ella, sabía que esa verdad partiría el alma de Karim.
—Si me preguntas, deberías volver a casa con