55. Un secreto y el dolor
[ATENCIÓN: contenido sensible y/o violento]
Cuando todas estuvieron listas, la mujer regresó.
—Muy bien. Yo soy el ama de llaves de la casa Zarion, y también persona de total confianza de Lord Alitvir. Mi nombre es Cassandra, pero ustedes me llamarán señora. Cuando entren a la casa principal, permanecerán en silencio, con la mirada baja y en perfecto orden. Ni una sola lágrima. Si alguna de ustedes molesta al Lord o incumple mis instrucciones, su destino será peor que la muerte.
Cassandra las condujo a la casa principal. En el gran salón se celebraba una fastuosa fiesta. Varios nobles de Vatra conversaban animadamente, bebiendo y comiendo, todos atendidos por bellas mujeres, evidentemente también esclavas.
Serena observó todo con cautela. Aunque la atmósfera parecía alegre y animada, no era así para las sirvientas. A la menor falta eran golpeadas sin piedad o arrastradas a las habitaciones, donde eran violadas por los invitados. Después, debían limpiarse, vestirse nuevamente y regresar