54.
Él se dio la vuelta, se acercó a ella y la abrazó con fuerza. Sin pensarlo más, la besó. Para su sorpresa, Mariel respondió al beso, acariciando con delicadeza su cabello. Karim comenzó a recorrer su cuerpo, con manos temblorosas, temiendo herirla nuevamente. Cada movimiento suyo estaba cargado de duda y culpa, pero Mariel podía sentir ese temor, sabía que él se arrepentía de lo sucedido aquella primera noche.
—¿Estás segura de que quieres hacer esto? —preguntó Karim, mirándola a los ojos.
Mariel se sorprendió, pero en ese instante entendió que también lo deseaba.
—Sí —susurró, y lo besó nuevamente.
Mientras se dirigían a la cama, se despojaron de sus ropas con ternura y deseo. Esta vez, fue Mariel quien tomó la iniciativa. Deslizó sus manos hasta el miembro de Karim, provocándole un estremecimiento de placer.
—Si sigues así, vas a volverme loco —susurró él.
—Tal vez eso es lo que deseo —respondió ella con una sonrisa traviesa.
Él la tomó de la cintura y la alzó, llevándola hasta la ca