El gigante de hielo pudo oler la esencia del Fenrir en el cuerpo de aquella chica, no entendía el motivo, pero no podía ignorar la situación tomo el cuerpo lo más suave que el fue posible y se lo llevo a su centro ceremonial, para aclarar la situación
Los golems sintieron la presencia de su rey y se reunieron a su alrededor para celebrar su regreso, pronto se dieron cuenta de que la gran matriarca de las arañas de hielo también estaba de vuelta, al llegar al centro del bosque se encontraron todos tal como hacia muchos años acostumbraban
El gigante de hielo miro a los lobos y preguntó ― ¿Dónde está el Fenrir? ―
― Nuestro señor está por llegar, escucho el llamado ― dijo el líder de la manada
― ¿Qué es tan importante para reunirnos aquí? ― se escuchó la voz ciceante de la matriarca
― Tengo aquí a la invocadora que nos llamó en aquella ocasión ― sonó la grave vos del gigante, al tiempo que mostraba a la chica en sus manos
― Debemos d
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El gran lobo se acercó a ella y todos los humanos presentes observaban atónitos lo que estaba pasando ― ¿Cómo que de vuelta? ¿Qué van a hacer? ― gritó Karim mirando al dragón ― Ella está en el limbo, su cuerpo se rindió, pero el pacto que hizo en presencia de los dioses evita que pueda morir ― respondió el enorme dragón ― Ella no está muerta ― el alivio de todos fue claro cuando escucharon eso, aunque no entendían nada Karim trató de librarse del agarre del golem que lo tenía sujeto, quería correr hacia ella. El golem lo sostuvo con más fuerza ― Tranquilo, cuando esto termine serán la cena ― El Fenrir se acercó a la chica y sus enormes ojos comenzaron a brillar… “El espíritu del Fenrir se adentro en el limbo para poder encontrar a Mariel, usó su olfato para encontrarla, la miró ella vagaba sin rumbo fijo. Se acercó a ella y pudo notar que en ese lugar ellos eran casi del mismo tamaño ― Debes venir conmigo niña ― dijo el lobo
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Acto seguido se retiró, tal como él pidió todos fueron liberados y comenzaron a alejarse tan rápido como podían. Karim estaba ansioso por tener a Mariel en sus brazos, pero ella simplemente seguía caminando lejos de todos ellos El bosque se fue haciendo cada vez más tranquilo, el sol ayudaba a que el frio no fuera tan fuerte, aun así, Oliver se adelantó y le dio un abrigo a Mariel que aun usaba su vestido de fiesta ― Toma, el aire es fuerte y el frio… ― Ella lo rechazo sin dejarlo terminar ― no lo necesito, el frio es mi elemento natural ― ella seguía caminando, los chicos detrás de ella podían ver como poco a poco había gotas de sangre a su paso Arturo intervino ― Mariel, debería revisarte ― ― No es necesario, la sangre es normal... ― dijo ella con voz firme ― mi hijo murió y mi cuerpo lo sabe, en cuanto lleguemos a la ciudad podrás revisarme, ahora debemos salir del bosque, la promesa del Fenrir no nos protegerá por mucho ― El dolor de todos
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Karim regresó a la villa en la que se estaban quedando, acompañado por Marcus. Ninguno de los dos habló durante el viaje, el dolor era claro en Karim y debía procesar todo. Héctor y Matías se quedaron en casa de Arturo, no estaban dispuestos a dejarla sola en ese momento, aunque ella no quisiera estar cerca de nadie en ese instante confiaba en pocas personas, solo aquellos que no le hicieron daño fueron permitidos a quedarse. Oliver y Anthony se fueron también. Anthony había convencido a Oliver de ir con él a su casa, ambos eran hijos del primer ministro y era momento de que Oliver regresara a su hogar con su familia. Dentro de la habitación Arturo no sabía como hablar con ella, en ese momento estaba tan agradecido de tenerla de vuelta, pero sabia que ella no sería igual ― ¿Hay algo que quieras decirme? ― preguntó ella ― No, yo sólo estoy feliz de que volvieras ― ― Crees que fui muy dura con todos ¿cierto? ― ― Tienes tus razone
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― Sé que vendrán por ella, las noticias se difunden rápido y todos en el pueblo saben que su hermana era esa chica Serena, se ha hablado de su muerte y se hablará también de su regreso ― ― Así que todos se han enterado de ella ― André estaba muy preocupado por lo que pudiera pasar con esa noticia ― Si, se habla mucho de lo que ella es capaz de hacer, de su increíble poder y sobre todo de su muerte, será complicado mantenerla lejos de esos chismes ― La reunión se terminó después de algunas horas en donde hablaron de las defensas para la ciudad y en como proteger a toda la población. Al día siguiente Mariel despertó temprano, su cuerpo estaba cansado, pero ella tenía una misión que cumplir, se levantó de la cama y se vistió con la ropa que Arturo dejó para ella, después trató de salir despacio para marcharse de la ciudad lo antes posible sin encontrarse con nadie ― ¿Te vas? ― preguntó Héctor Ella suspiró, no esperaba encontrarse a nadie
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― Bueno, morir es una buena lección para no dejar las cosas para mañana, no sabes cuando tu madre tratará de matarte ― dijo ella sarcásticamente ― ¿A dónde piensas ir? ― pregunto Oliver ― No lo sé, necesito estar lejos de este lugar al menos por un tiempo ― Ellos siguieron hablando, tratando de convencerla de no ir sola o de esperar algunos días, sin darse cuenta la multitud seguía aumentando cada vez más, la confusión sobre su identidad era el tema principal, las dudas se despejaron cuando la princesa Miel apareció en la misma plaza buscando a Anthony Era la primera vez que se les veía juntas en publico y los chismes no se hicieron esperar. La niña de la profecía había vuelto, esa era la noticia de ultimo momento, se comenzó a hablar de su poder, se hablaba de su hermosura, pero sobre todo se hablaba de su regreso de la misma muerte. Todo lo que se comenzó a decir de ella convencía a las personas de adorarla y antes de que ella pudiera salir de la ci
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― Aun así, debes saber que ella no es responsable de eso ― ― Eso no importa, mientras ella sea la perfecta niña de la profecía, yo jamás podre existir para mis padres, por eso la odio. Debo demostrar que ella no es tan perfecta como ellos esperan ― El resto del trayecto fue en silencio mientras ella lloraba y él solo la miraba preocupado por lo que pasaría Mientras tanto Oliver trataba de entender que llevó a Mariel a aceptar tal cosa como ese reto ― ¿Por qué hiciste eso? ― ―Porque tu hermano quiere cancelar su compromiso y ella quería un reto contra mí, solo eso ― ― No, tu jamás te hubieras metido en ese problema a menos que quieras algo ¿Qué estás planeando? ― ― ¿En verdad crees que soy así de fría y calculadora? ― ― No sé que eres ahora, pero sé como eras antes de… ― ― ¿Antes de morir? ― Mariel caminaba por las calles de la ciudad recibiendo reverencias de las personas, pero sin prestar atención a ellas ― Es verdad,
1.
La historia que está por comenzar no es una historia de amor, o de bellos momentos, su inicio tuvo lugar en un reino lejano en el país donde la magia es más que un estilo de vida, en este lugar llamado Leória aquellos que nacen con la habilidad de invocar la magia son considerados razas superiores, mientras que el resto de los desafortunados, aquellos que no tienen esa habilidad son destinados a la esclavitud.La leyenda de la princesa se hizo conocida en muy poco tiempo, todos en la ciudad sabían que el día que la Reina diera a luz sería un día de guerra en el mundo, hasta ahora las profecías del oráculo siempre fueron precisas, pero nunca tuvo una profecía tan ambigua como la que hacía referencia al poder de la princesa.Y mucho menos se esperaba que la Reina Elora diera a luz a gemelas, el caos en el mundo se volvió aún peor. La noche en que las princesas nacieron se co
2.
A la mañana se puso en marcha el plan, Héctor había prometido que 10 millones de monedas de oro llegarían en una embarcación, la encargada Silvana hizo los preparativos para recibir el oro. El barco comenzó a verse desde el horizonte y la Silvana bailaba de felicidad por el gran trato que había hecho. Al llegar el barco solo había unos 40 hombres en él, el capitán salió para buscar a Héctor― Estamos buscando a Lord Beldand ― este era el nombre falso con el que Héctor se había infiltrado― Él se encuentra adentro disfrutando de las amenidades, nos ha autorizado a mi y a mis hombres a recibir el oro y contarlo ― dijo Silvana― Me temo que no puedo entregarles nada, hasta ver a mi señor ― era claro que no podían entregar el oro y dejar que lo contarán, ya que a lo mucho tenía un millón de monedas, el resto era una farsa. Hab&i