Margaret: — Mis niños como los he extrañado —
Tanto Vianca como los mellizos casi que salían corriendo en cuanto vieron a su abuela y Margaret se puso demasiado feliz en cuanto nos vio, si soy sincera ella se ha convertido en mi madre y es una de las tantas razones que me hacen sentir segura de saber que este es mi lugar, ese espacio y tiempo que me hace entender que es mi hogar.
Cristofer: — ¿Mamá que son este montón de regalos? —
Margaret: — Son presentes de los invitados de la boda y también para los mellizos —
Cris y yo nos quedamos fríos donde nos asustamos de ver tantos regalos, mi madre decía que el primero que tomara se lo regalara a la suegra o a la mamá, es como una forma de decirles bendice nuestro hogar, tome uno y se lo puse en las manos a doña Margaret.
Andrea: — Mamá decía que el primero es de ustedes, para la bendición —
Margaret: — Mi niña ya lo son y lo cuidare para toda mi vida —
Andrea: — Lo sé, pero me encanta esta idea de mi madre —
Después de acomodarnos y que So