— Mi vida no te enojes y es una lástima, porque amo tener a mi princesa conmigo y también consentirla, pero bueno, ¿Hija te alegra que tus hermanitos estén ya acá con nosotros? —
Sheyla no dio respuesta y se puso triste, me duele y quiero que sean buenos hermanos, es también cuestión de tiempo a que se adapte a ellos.
— Sheyla tanto papá como yo no te vamos a dejar de amar y siempre puedes contar con nosotros para lo que necesites, también nuestra relación de padres e hijos no va a cambiar —
— Exacto mi amor, sigues siendo mi consentida y la princesa de papá —
Cris no lo aguanto y la atrajo a él donde la alzo, me es difícil ver como se movía para alejarse de él donde comenzó a llorar y se quedo quieta.
— Mi amor no llores y me duele verla así, yo te amo mi princesa —
— Yo también te amo mi vida —
Sheyla llora pero esta vez me duele porque no comprendo que pasa por su cabeza y me preocupa mucho, estuvimos con ella hasta que dejo de llorar y se quedo dormida.
— Mi amor creo que será mej