—Para mí, es una luna hermosa y brillante. Aunque pueda que esté triste, es la luna más hermosa que calienta mi alma e ilumina mis noches oscuras. Te he extrañado más que a mi propio marido.
Black sabía cómo hacer que una sonrisa saliera en ese rostro que lucía triste.
—Sí, tu esposo lo escucha; harás que me maldiga.
—Eso, él no lo tiene permitido.
—¿Se han peleado, cierto?
—Él es un patán; no merece que esté triste por él.
—¿Desconfías de lo que puede llegar a pasar o desconfías de que él se esté yendo para otro lado?
—¡Ambas cosas!
—El mundo te ha dado suficiente motivo para que no confíes en nadie. Aun así, decidiste avanzar y creer. Porque crees, temerán hacerte daño. Porque saben que crees en ellos, tendrán que pensarlo dos veces.
—¿Lo estás defendiendo, cierto?
—No, lo digo por ti. Y por mí, somos hermanas. ¿Te acuerdas cómo nos convertimos en hermanas?
—¿Por qué preguntas eso?
—Para que recuerdes que solo tú puedes decidir si valen la pena o no. Y también, el corazón que tienes