El hombre sonrió y continuó:
—Mucho gusto, señorita Haymi. Espero que disfrutes de la velada.
Nadin observó la interacción, sintiendo un ligero destello de satisfacción al ver cómo su amiga comenzaba a brillar en el ambiente. Sin embargo, su mente estaba enfocada en la reunión que se avecinaba, y sabía que debía mantener la calma y la estrategia.
—Gracias, Patrick. Estoy segura de que será una noche memorable —respondió Haymi, sonriendo con dulzura.
Mientras tanto, Nadin se movía por el salón, saludando a varios invitados que la reconocían y la respetaban. Su presencia era magnética, y los murmullos la seguían a donde quiera que iba. Era evidente que su reputación la precedía.
A medida que avanzaba, notó a Jerder en la esquina, hablando con un grupo de hombres. Su expresión era tensa, y Nadin sintió un escalofrío recorrer su espalda. Había algo en su actitud que le decía que estaba planeando algo.
—¿Estás lista? —preguntó Steff, acercándose a Nadin, quien se había detenido momentáneame