10. Tratos sucios
Leonora
Ella se congeló un segundo buscando el origen de la voz hasta que lo vio recostado de la pared cercana al baño.
-¿Y por qué tendría que escuchar las órdenes de alguien como tú? -preguntó ella con burla -creo que mi respuesta fue los suficientemente vaga para no ser considerada un hecho.
-¿Por qué otra razón te tomarías la molestia de acercarte a mi mesa para llamar mi atención? -preguntó él en el mismo tono, acercándose lentamente como un cazador -¿o es que solo te agrada cuando estás allanando un espacio privado?
-Oh claro, porque una mujer solo se acercaría para llamar tu atención intentando seducirte -volvió a burlarse ella con la misma fuerza -eso es bastante decepcionante, señor Rinaldi.
-Pero no por eso menos real -rebatió él con tanta simpleza que estuvo segura de que las mujeres solían comportarse de ese modo a su alrededor.
-Por si no ha quedado claro, ese no es mi caso -negó ella con firmeza y postrándose frente aquel hombre -solo estoy aquí para continuar con nuestr