El fuego me quema por dentro, consume mi ser, lacera cada espacio en mi interior y aun muriendo mi último respiro es para pronunciar tu nombre.
Isabella
Siento que me falta el aire, todo me da vueltas. Me dejo caer al piso con la espalda apoyada a la puerta, desde aquí puedo escuchar las voces de mi jefe y de esa mujer, pero tengo tantas cosas pasando por mi cabeza que me es imposible entender lo que dicen. Todo a mi alrededor da vueltas y un pitido agudo resuena en mis oídos mientras la vergüenza y la humillación se cierne sobre mí con pesadez.
Mis ojos se llenan de lágrimas: amargas y saladas, es como si una tormenta hubiese estallado dentro de mí, me llevo las manos a la boca para evitar que mis sollozos se escuchen al otro lado, siento el retumbar de mi corazón en los tímpanos y un cosquilleo por toda la piel que se concentra en mi intimidad haciéndome consciente de mi brutalidad, de mi estupidez.
La vergüenza me abraza con fuerza, ahogando los gritos internos que desgarran a mi a