Erika Camel
Si la yo, de unos meses atrás pudiera verme en estos momentos; sencillamente me juzgaría de traidora y no daría crédito a lo que está a punto de ocurrir nuevamente. Tengo ganas de gritar como loca de puerta felicidad. Me siento en la gloria. Una euforia casi enfermiza recorre mi piel y deja señales eléctricas de adrenalina por todo mi cuerpo. Cómo si me estuvieran golpeando con electroshocks.
Es eso, o que el pene gigante de mi semental alemán me presiona el abdomen haciéndome estremecer. Esa cosa tiene vida. Es como iman y yo soy metal.
Pues definitivamente y siendo muy sincera son las dos causas. Es que me siento plena estando a su lado, nos compenetramos tan bien, como si nos conociéramos toda la vida o en una vida anterior hubiésemos sido amantes.
Él