VICTORIA
Realmente no pensaba decirle cosas tan horribles al hombre que amo, pero necesitaba purgar el dolor y que se fuera para poner en orden mis pensamientos y llevar a cabo mi plan, porque lo único que me ha mantenido viva desde que desperté en el hospital, es la sed de venganza, hacerle pagar a esa mujer lo que hizo y cuando ejecute mi plan podré morirme tranquila; por eso me esforcé el triple para ponerme bien y esperé paciente hasta recuperarme de las heridas lo suficiente como para tener la fuerza para enfrentar a mi némesis y cóbrale lo que hizo, porque la única justicia que deseo, es la que voy a impartirle yo.
Saco del bolsillo mi teléfono cuando estoy segura de que estoy sola y marco el numero del investigador que contraté de inmediato salí del hospital para que rastreara a la susodicha, me escribió temprano que tenía noticias para mi, así que cuando responde pregunto sin saludar.
—¿La encontraste?
No quise poner una denuncia por lo sucedido, mi tía estaba vuelta una fiera,