Mi búsqueda no duro mucho, el movimiento de Krampus en los arboles hizo que una de las ramas se desprenda y me caiga sobre la cabeza.

-Perdón- grito Krampus, yo solo alcance a mirarlo y decir –No te preocupes-

Recogí la rama cogí una navaja que tenía en mi maleta y empecé a afilarla para poder hacer una lanza, hice lo mismo que la maestra, me saque los zapatos, y me quite el polo para sentirme más cómodo.

La maestra pescaba con las manos, tenía una agilidad y una concentración únicas; por mi parte use la pequeña lanza que hice, clavando uno por uno los pescados y juntando nuestro botín.

Después de dos horas pescando, la maestra prendió una fogata y yo decidí subir al mismo árbol que Krampus para poder ver la montaña, subí con cuidado sujetando bien cada rama y pisando firme para no resbalar; en ese momento record&eacut