Capítulo 79. El reencuentro
Se recostó en la pared para pensar un instante alguna estrategia. Vio a Elena parada junto a él, que lo observaba con agitación. Ella sabía que era momento de actuar.
Tras su esposa se encontraba Joander, que alzó los hombros y las manos con gesto interrogativo, preguntaba qué harían.
—¡Apúrense, las cosas empeoraron! —gritó alguien en el cuarto.
Iván necesitaba neutralizarlos, así que apartó a Elena para pegarla contra la pared y tomó a Joander por un brazo para empujarlo hacia la habitación donde se hallaban los hombres.
Este no pudo reaccionar a tiempo para detenerlo. Salió proyectado y tropezó con la mesa tumbando al suelo botellas vacías y naipes.
—¡Ey! —se oyó vociferar a uno de los sujetos.
Iván se ocultó con Elena esperando que los hombres abordaran a Joander.
«¡Arrodíllate!», «¡¿Quién eres?!», «¡No te muevas, maldito!», fueron algunas de las órdenes que le dieron mientras apoyaban sus pistolas en la cabeza del primo.
—¡Tranquilo, amigos! ¡Soy socio de Gustav! —repetía Joander