El ambiente en la oficina estaba cargado de tensión. Cael mantenía sus ojos fijos en Axara, como si estuviera intentando descifrar sus pensamientos. Había algo en su mirada, algo que traspasaba las barreras de la formalidad y el autocontrol que solía tener.
Axara sintió cómo el aire se hacía pesado, y sus propios pensamientos eran un caos. No pudo evitar notar cómo los ojos de Cael se desviaban a sus labios, y ese simple gesto la desarmó. Su corazón latía con fuerza, resonando en sus oídos.
Fue entonces cuando tomó una decisión impulsiva. Sin pensarlo demasiado, cerró la distancia entre ellos y lo besó. Sus labios se encontraron con los de Cael en un gesto lleno de pasión y deseo reprimido.
Cael reaccionó al instante, rodeándola con fuerza por la cintura, como si temiera que ella se apartara. Profundizó el beso, dejándose llevar por una emoción que lo había estado carcomiendo en silencio. En un movimiento fluido, la volteó y la presionó contra su escritorio, sosteniéndola con firmeza