Sabrina se rio alegremente, orgullosa de sí misma, revelando los hoyuelos en sus mejillas. "¡Jaja, hago de todo!".

Yvonne estaba aún más interesada. "¡Cuéntanos! ¡Cuéntanos!, ¿qué más haces?".

"Mm…". Sabrina inclinó la cabeza hacia un lado y pensó por un momento, luego dijo con una expresión complacida en su rostro, como una niña pequeña. "Por ejemplo, cuando sales con tu novio y tienes las manos sucias por la comida que comiste, pero no tienes servilletas, ¿qué debes hacer?".

"Podrías simplemente deslizar tu mano con cuidado en el bolsillo de tus jeans y limpiar la suciedad en el paño interior de tu bolsillo. Además, cuando estás de compras con tu amiga y estás muy sudada, la persona que te gusta te llama y te dice que estará allí en cinco minutos, de nuevo, no tienes nada con qué secarte el sudor, ¿qué haces? Levanta el forro de tu falda y sécate el sudor. Estos son mis pequeños trucos de vida. ¡No, trucos tontos!".

Yvonne y Ruth se rieron a carcajadas. En ese momento, de repent