Alejandra...
—Ale, te toca...— escucho a Carlos decir entre los gritos de Maxi.
—No, yo lo dormí.
—Y yo me levante a las cuatro de la madrugada a alimentarlo— se quejo.
—Yo lo lleve en mi vientre por nueve meses, engorde, me salieron estrías, se hincharon mis pies, lo di a luz; y a ti te molesta levantarte a las siete de la mañana a cambiarlo.— me cubrí la cabeza con las sabanas blancas.
A los pocos segundo sentí como se movió y salio de la cama.