57. El hijo de un psicópata
A la mañana siguiente…
— Sé que tienes razones para estar nerviosa, pero debes intentar calmarte, pues eso se lo transmites a la niña—. Desde que habían llegado al hospital temprano, Elizabeth no paraba de llorar.
— Andrew, es lo que intento hacer, pero no lo logro… Estoy asustada.
Gregor en ese momento se acercó a ella conmovido, —Si quieres, dame a la niña un momento para distraerla.
Andrew, sin preguntarle a Brigitte, pero usando su rapidez y astucia, tomó a la beba en brazos: —Vas a asustar aún más, ella no te tiene confianza. ¿Verdad, preciosa?, mejor vamos a caminar juntos un rato por el pasillo.
Y sin más, Brigitte los vio alejarse y a Elizabeth no solo dejaba de llorar, sino comenzar a sonreír. Gregor, que observaba la escena, no le quedó duda de que entre aquellos dos había algo: —Creo que se ha puesto celoso.
— ¿Qué dices?, ¿por la niña?, no creo, la verdad es que desde que la atendió cuando me hirieron han hecho un vínculo especial, supongo que se siente protegida.
— No me