Narra Aslan.
—Lucharé por su amor, no descansaré hasta que sanemos ambos y me vea como en realidad soy, más que el hijo que ahora nos une, está Zaira; usted, y todo lo que quiero a su lado.
Ella volvió a llorar.
—¿Hijo?, ¡seré abuela! ¿Qué tan enojada está mi hija que no me ha dicho nada? — esta