El sabor en su boca no le pareció para nada malo, aunque lo que le desagradaba era pensarlo.
— ¿Lo estás disfrutando? — agregó Amauris con voz jadeante y él se detuvo.
—Cállate, que si no me iré—. El chico creó un cierre sobre sus labios y se arrodilló a su lado.
—Si aceptaras lo que eres estarías