Aslan no emitía palabras, solo lo miraba.
—Sin saber cómo manejar la situación, envié a investigarla, te juro que si ella te habría demandado estaba dispuesto a pagar…—Aslan lo interrumpió con una risa seca.
—¡Señor don dinero!— espetó irónico.
—¿Piensas que todos tienen precio?— Alonso negó con las