—¡¡Detente William!!, no sé qué demonios te pasa, pero esto no es para nada gracioso.
Ella trató de pasar por su lado; sin embargo, él con agilidad y fuerza la cogió del brazo, aventándola, y haciendo que cayera, rodando por todos los escalones que había subido.
Luego de que Jessica rodó hasta parar