—Lo siento, señora, procuraré que no vuelva a suceder—se mostraba apenada, aunque lo había hecho a propósito.
—Ese hombre no puede atenderse a sí mismo. — Aunque no quería mostrar su desprecio delante de Magda, Ashley olvidó referirse a él, de una manera menos apática.
Magda traía en sus manos una