Capítulo 28

—¿Nico? ¿Le pasó algo a la mujer del barranco?

—No, pero ella quiere verte.

—¿Para qué?

—No sé, tal vez quiere agradecerte.

—¿Y para eso me haces venir? Acabo de encontrar un trabajo y podría perderlo.

—Lo siento, no lo sabía. Pero ya que estás aquí, pasa a verla.

Ella asintió y abrió la puerta lentamente. Inma se exaltó y miró a la mujer extrañada.

—No me lastime.

—Tranquila, soy Raquel.

—¿No eres enviada por él?

—No, yo soy la persona que le ayudó anoche.

Ella se sintió más tranquila.

—Me dijo Nico que no recordaba nada y que quería verme. Si no recuerda nada, ¿por qué piensa que yo era enviada por él?

—En realidad, no quiero recordar nada. Si él se entera de que estoy viva, puede venir por mí.

—Puedes denunciarlo. Es su esposo, ¿novio? —indagó Raquel.

—Mi esposo...

En la mansión Durant, Mario revisaba página tras página; en ninguna se publicaba la noticia de una mujer muerta.

—Maldita sea. ¿Será que...? No pudo sobrevivir. Mucha gente se ha lanzado de aquella quebrada y no han sobr
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