Al ver que Serenity retiraba la mano después de pellizcarle la cara dos veces, Zachary York la miró con ojos profundos y dijo en tono bajo: -Ya he bajado la cabeza, ¿no vas a darme un beso?
Serenity miró rápidamente a su alrededor y luego le hizo un mohín en voz baja: -Estamos fuera, hay mucha gente yendo y viniendo.
La tienda de té con leche también estuvo muy concurrida.
Serenity era audaz en sus palabras, pero no tanto en sus actos.
Zachary sonrío: -¿O si te beso?
Antes de que Serenity pudiera responderle, le cogió la cara con ambas manos, se acercó y besó sus labios rojos.
Pero no profundizó en el beso, después de limitarse a rozarla, la soltó y le dijo cariñoso: -Venga, volvamos a cenar, no hagas esperar a nuestra hermana.
Cogió la mano de Serenity y se dirigió hacia su coche, luego le quitó las llaves y le dijo: -Yo conduciré.
Serenity no tuvo ningún problema, ambos sabían conducir y les daba igual quien condujera.
Cuando subió al coche, Serenity le preguntó: -¿Aún no ha aparecid