—Este es nuestro hogar. Podemos vivir aquí el resto de nuestra vida, no tengas prisa.

Después de rodearla con sus brazos y entrar en la casa, Zachary no pudo resistirse y la levantó en brazos y se dirigió directamente al piso de arriba.—Volveré abajo y te prepararé una deliciosa y suntuosa cena una vez que te haya probado a fondo.

—...—Serenity no sabía qué decir.

Una vez dentro del dormitorio principal situado en el piso de arriba, Serenity ni siquiera tuvo la oportunidad de observar la habitación antes de que su ansioso marido la colocara sobre la gran cama.

Su cuerpo robusto la presionó, haciendo que ella levantara instintivamente la mano y lo empujara, diciendo.—¡Qué pesado eres!

Zachary se apoyó imediadamente en las manos y mirándola, con los ojos llenos de llamas, le preguntó con voz ronca.—Seren, ¿de verdad estás dispuesta?

—Si quieres echarte atrás, no es demasiado tarde y puedo darme otra ducha fría.

—Qué guapo. Eres una combinación del buen aspecto de tus padres. Frente a un