—Puede que mi desayuno no esté caliente, lo llevaré a la cocina y lo calentaré. Elisa, frecuentas mi tienda, ayúdame a cuidar de tu madre.
Elisa se rió: —No te preocupes, no vamos a ser cohibidas, trataremos esta tienda tuya como si fuera nuestra.
Serenity pensó por dentro: Tu familia es tan rica, sin duda no te importa esta tienda mía.
Llevó el desayuno que Zachary le había preparado a la cocina, lo recalentó y se lo comió en la cocina.
El agua de azúcar moreno y jengibre que le había preparado Zachaey se servía en un termo, por eso aún estaba caliente.
Hacía frío, además, Serenity tenía la regla y sentía frío en las manos y los pies. Después de beber agua con azúcar moreno y jengibre, Serenity se sentió mucho más cómoda del estómago.
En ese momento.
Sonó su teléfono.
Mientras bebía el agua de azúcar moreno y jengibre, sacó el móvil. Era la llamada de Zachary, Serenity contestó.
—¿Has llegado?
Zachary consideró que había llegado, por lo que llamó.
—Sí.
—¿Qué estás comiendo?
—Acabo de