Felix guardó silencio unos instantes antes de decir, —Buena idea. Haré que alguien busque a una mujer semejante.
—Sólo para disipar sus sospechas.
Dijo Dalia.
No quería presentar al mismo tiempo con la falsa Dalia con demasiada frecuencia.
Como si esa persona se aprovecharía de ella.
—Tranquila, lo arreglaré.
Felix sabía exactamente lo que pensaba Dalia.
—Bueno, es hora de que vuelvas a descansar. Tienes que responsabilizarte de tu estado físico.
Dalia era un peón que iba a utilizar durante mucho tiempo.
Felix no quería que el cuerpo de Dalia se deteriorara y no pudiera seguir ayudándole por culpa de un aborto.
—Un peón inútil puede convertirse en la basura.
Añadió Felix con suavidad.
Aunque su voz era delicada, Dalia sintió una frialdad abrumadora al oírlo.
Odiaba a Felix, pero no se atrevía a mostrar ni la mitad.
¿Quién era el culpable de su aborto?
¡Fue él!
Si Felix no se usaba un condón, ella no permitiría que la tocara.
Dalia decidió en su corazón que no cedería con tanta facilida