Chloe miró a Ricardo un momento y dijo, —Será mejor que digas la verdad. Mamá no está y yo estoy tan ocupada ahora que no tengo tiempo de ayudarte a arreglar el lío que causes.
—No lo hará, o estoy en el trabajo o en casa de mi suegra ocupándome de Catalina, no tengo tiempo para armar lío. Y aunque yo hiciera algo, lo revolucionaré, no me atrevería a pedirte que me ayudaras.
—Muy bien, entonces por favor vuelve a tu oficina, voy a salir.
Chloe se levantó y abandonó su escritorio.
Los dos salieron juntos de la oficina.
Ricardo intentó preguntar qué iba a hacer Chloe, pero la boca de Chloe era tan cerrada que Ricardo no pudo conseguir ninguna respuesta.
Cuando entraron en el ascensor, Chloe estaba frente a Ricardo, muy erguida. Vestida de traje, desprendía una sensación de asombro.
Ricardo seguía maldiciéndola mentalmente, pero conservaba una amable sonrisa en el rostro.
Cuando pasaron a la planta donde estaba la oficina de Ricardo, se abrieron las puertas del ascensor.
Ricardo salió.
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